Luego de largos años de juegos basados en películas, es difícil al oír acerca del lanzamiento de nuevo título basado en un largometraje y inmediatamente encajonarlo en la “genérica lista negra”.
Una reacción común, luego de haberse estereotipado a todos estos juegos, llegando a ser muchas veces ignorados; pero el caso del nuevo juego de X-Men Origins: Wolverine es diferente.
Al momento del lanzamiento del juego, se esperaba lo habitual, especialmente cuando se vio unos inconvenientes con el frame rate y otros inconvenientes que afectaron a las primeras impresiones.
Por lo general Wolverine ha tenido una generosa dotación de un juego de acción con fuertes combates. Luchando con filas de enemigos, aunque con jefes finales repetitivos.
El juego presenta interminables combates a través de junglas y laboratorios secretos. Los ataques ligeros, fuertes y los agarres, se irán aprendiendo cada poco tiempo, permitiendo una rápida experiencia de juego.
Al momento de bloquear los golpes de los enemigos la acción se tornará en cámara lenta, lo que nos permitirá realizar un corte en limpio de las extremidades del adversario. Agarrando y desatando una serie de ataques violentos, que termina por destripar y salpicar la pantalla con sangre.
Poco a poco se le va tomando el ritmo al juego, con una facilidad en el aprendizaje y memorización de los las mecánicas del juego.
Cortando una cabeza por aquí, lanzando un cuerpo por allí, impulsarse preparando las garras para atacar a un enemigo. Se puede llegar a acabar con cuartos llenos de matones en cuestión de segundos una vez que ya se conoce la forma de combatir de Logan.
Mientras tanto, la cámara gira y se acerca al momento de las Fatalities. Con un ambiente interactivo con el que podremos interactuar, lanzando objetos y demás.
Algo muy bueno, es el cambio entre secuencias de vídeos y el mismo juego, que cambian entre ellas rápidamente, lo que nos introducirá dentro de una escena de acción rápidamente, desafiando nuestras reacciones. Si algún juego ha logrado dominar el intercambio entre los vídeos y el juego, es este el X-Men Origins: Wolverine, increíblemente y a pesar de algunos defectos que tiene.
Es cierto que el juego de Raven no comparte nada con el Batman Arkham Asylum. El mundo que fue creado por Rocsteady para Batman es sombrío, el personaje principal posee un menor presencia, los enemigos están ahí para ser destrozados no cazados, y cosas por el estilo.
En cambio Wolverine se basa en un par de ingredientes principales, similares a los de el Wanted, elementos que no son realmente necesarios para lograr éxito.
Origins posee una fuerte influencia de juegos como el God of War y el Devil May Cry, con una gran cantidad de sangre desparramada por doquier y sin demasiadas censuras.
Raven Softwar se ha preocupado prestando mayor atención, en las deficiencias de los anteriores juegos de Wolverine: La falta del factor de regeneración, y el sistema de creación de daño progresivo.
Cuando Wolverine es lesionado, estos daños se le van reflejando en el persona, perdiendo trozos de carne y ropa, mientras que las lesiones se van curando en tiempo real, permitiendo ver cómo la piel y los músculos crecen.
Detrás de ellas, por supuesto, se revela el esqueleto de Adamantium. Wolverine también posee mayores sentidos de animal, tales como para resolver puzzles, revelar rutas de escape ocultas, y encontrar puntos débiles de los enemigos.
El Combate depende de los ataques ligeros, los ataques fuertes, y los agarres, seteado un botón para cada uno de ellos, pero el juego no le exige a los jugadores memorizar grandes combos de botones.
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Otra forma de ataque es la embestida, que le permite a Wolverine cerrar mucho más la distancia entre él y un enemigo. Durante el Combate el medidor de furia de Wolverine comienza a subir, y cuando está lleno le permite liberar ataques mucho más letales, devastadores, cuando se pone en modo berserker sus garras se tornan rojas.
El juego ya se encuentra disponible desde el primero de Mayo, para la PlayStation 3, Xbox 360, PC, Wii, PlayStation 2, Nintendo DS, y PSP.
