

La decepción es una desagradable sensación que experimentamos cuando algo que esperábamos no cumple con las expectativas.
Y esas expectativas pueden generarse solas dentro de nuestra alocada mente, pero lo cierto es que la mayoría de las veces son las distribuidoras de los videojuegos las que deciden jugar con un arma de doble filo; el “hype”.
El “hype” consiste en saturar de publicidad y elogios sus futuros lanzamientos, antes de que los usuarios puedan realmente juzgar por sí mismos. El resultado muchas veces es contraproducente. Estos son los videojuegos más decepcionantes del 2010:
Star Wars Force Unleashed 2
Prácticamente la mayor decepción del año. Otro fracaso más de LucasArts en su larga lista de problemas por llevar el mundo de Star Wars al videojuego. El tema es que nunca dejaremos de emocionarnos con esos tremendos trailers que muestran en las megas convenciones musicalizados con la banda de sonido original (ante la cual es imposible permanecer inmutable) y promesas de liberar la Fuerza con nuestras manos. Pero, al final, es otro juego más de arcade y acción.
Sonic the Hedgehog 4: Episode I
Cuando se anuncia el regreso de un juego mítico, la gente no puede evitar emocionarse. Sólo los pesimistas sabemos fehacientemente que todo retorno de lo clásico está condenado al fracaso. La mayoría de los usuarios, desconocen esta verdad irrefutable, razón por la cual muchos se sintieron vacíos al retomar el control de Sonic después de esperar por años por una verdadera secuela. No es malo, pero debería haber sido mejor.
Gran Turismo 5
Gran Turismo 5 es un buen juego de carreras. La pregunta es, ¿valió la pena esperarlo religiosamente tanto tiempo, soportando los anuncios de sus múltiples retrasos mientras nos mostraban espectaculares videos cinematográficos de escenas que no reflejaban la forma real de juego? Gran Turismo incluye nuevos vehículos y circuitos, con excelentes gráficos y sonido, por supuesto. Pero falla en aportar algo nuevo en la ya repetitiva saga de PlayStation.
Medal of Honor
El campeón del hype y de la inevitable decepción. Medal of Honor corrió el riesgo de imitar a Call of Duty en todo lo que pudo y más, y falló. Abandonando su ambientación de la Segunda Guerra Mundial, arriesgó todo por la competencia, pisoteando la historia de su propia franquicia. Otro excelente ejemplo de lo que no debe hacerse al relanzar una saga de videojuegos.
DeathSpank
Esta es la decepción más dolorosa de todas, la que uno no quiere aceptar. DeathSpank se suponía que sería el regreso de Ron Gilbert, mítico creador de videojuegos, a la industria. Cuando se anunció su producción, DeathSpank fue descripto como un encuentro entre Diablo y Monkey Island.
Aunque no se entendía muy bien cómo esto podía lograrse, la mención de estos dos videojuegos despertó las expectativas de todo el mundo, cuando no la desesperación. Luego de años, el juego finalmente se publicó, y es imposible ver en él, aunque uno intente, algo más que un bonito juego de arcade.