Existe un acalorado debate, entre los desarrolladores de videojuegos y los críticos de arte, sobre si los juegos deben ser considerados piezas de arte, como lo son un cuadro, un poema, o una película.
Por supuesto, negar la naturaleza artística de los videojuegos parte de una total ignorancia sobre el objeto de análisis. Los jugadores sabemos, en cambio, que existen juegos y juegos. Así como existen películas buenas o malas, y best-sellers u obras maestras de la literatura.
Así mismo, existen juegos que sólo responden a las demandas del mercado, pero también aparecen verdaderas e indiscutibles piezas de arte. Outland es uno de estos casos.
Desde el 27 de abril, Outland está disponible para descargar a través de Xbox Live, y lo estará en PlayStation Network cuando sus servicios se restituyan.
Outland es un juego de plataformas diseñado en 2D, que nos recuerda a éxitos como Super Metroid, Irakuga, e incluso el viejo y magistral Out of This World (o “Another World”, como se lo llamaba en Europa).
El guión detrás del juego también está relacionado con el arte de una manera muy eficaz. Según la historia, nos desenvolvemos en un mundo creado por dos hermanas, que controlan cada una la luz y la oscuridad, representados por el azul y el rojo.
Pronto tendremos que usar poderes de los dos aspectos para avanzar a través de los mapas, venciendo enemigos y resolviendo problemas. Lo bueno de Outland, es que a pesar de ser un juego de plataforma, permite una gran libertad de jugador.
Es elemental aprender a utilizar las dos fuerzas, porque el personaje desarrollará mejores técnicas para combatir a los enemigos que elija cuando sintamos que estamos correctamente preparados para enfrentar.
Outland, además, puede jugarse en modo cooperativo online junto a otro jugador, con mapas exclusivos para recorrer de a dos jugadores.
En resumen, Outland es un excelente videojuego, visualmente impresionante, pero entretenido, y original. Un juego que, sin duda, por el valor de 10 dólares, vale la pena comprar.