Wolfenstein Youngblood: análisis para PC, PS4, XBOX y Switch

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Distopías, nazis, armas y dos gemelas guerreras. Solo con estos tips, cualquier gamer debería tener suficiente como para querer jugar a Wolfenstein Youngblood. Por si necesita algo más, os contamos todo sobre Wolfenstein Youngblood: análisis para PC, PS4, XBOX y Switch

Wolfenstein Youngblood: análisis para PC, PS4, XBOX y Switch

Antes de entrar en Wolfenstein Youngblood: análisis para PC, PS4, XBOX  conviene poner en antecedentes. Ha sido MachineGames la empresa que ha lanzado este Wolfenstein Youngblood, dando continuidad a su popular saga. Pero, por primera vez, lo ha hecho de la mano de Arkane Studios, en una colaboración sin precedentes.

De hecho, Wolfenstein Youngblood no puede ocultar la influencia de ambas compañías. Por un lado, MachineGames potencia su lado bélico y toda bala que sale en el juego es suya. Por su parte, Arkane se encarga de los escenarios y la historia. De hecho, se nota en seguida la mano de Arkane en los escenarios y el mundo abierto que presenta.

Este Wolfenstein Youngblood daba continuidad al sorprendente Wolfenstein II: The New Colossus (2017) que sorprendiera a todo el mundo con su apuesta shooter en primera persona. Y lo mejor es que este spin-off que se presenta este año es el preludio de otra entrega como será Wolfenstein III

En este caso, Wolfenstein Youngblood: análisis para PC, PS4, XBOX y Switch traslada la acción a 1980, casi dos décadas después de que se diera la Segunda Revolución Americana, iniciada por B. J. Blazkowicz. En este caso serán sus hijas gemelas, Jess y Soph quienes lucharán contra los nazis, asentados en París. ¿Por qué París? Porque allí desapareció su padre.

Wolfenstein Youngblood nos propone aniquilar nazis junto a nuestra hermana, en un mundo abierto y modo cooperativo. La historia dicta que París está tomada por los nazis pero no va más allá de una animación espectacular. La historia no profundiza demasiado, salvo en lo que nos interesa.

Jugar a Wolfenstein Youngblood en Xbox One X es una maravilla. La resolución es un escándalo, con gran definición de los entornos y un detalle tremendo de los personajes y sus expresiones.

En lo que respecta a Nintendo Switch, el resultado es notable. Hay que valorar que un juego de este tamaño tenga cabida en la híbrida nipona. Ahora, pierde mucha calidad de imagen y resolución por motivos obvios. Aunque con el parche 1.1 ha mejorado, no alcanza la excelencia de Xbox One X.

En lo que respecta al PC, el juego ofrece una experiencia más que aceptable gracias al motor id Tech 6. Eso sí, al empeñarse en copiar el Wolfenstein original pierde mucha frescura en algunos momentos más cómicos del juego. Incluso también en los violentos. Algo que sí consigue a la hora de definir la personalidad de cada una de las gemelas protagonistas.

Por último, en PS4, Wolfenstein Youngblood no tiene problema alguno. La imagen y la resolución va como un avión y la experiencia es inmersiva y casi cinematográfica. De hecho, los momentos más de cine son muy bien recibidos para desconectar de algunos tediosos viajes y paseos innecesarios.

El espíritu de Wolfenstein Youngblood es jugar, como mínimo, en pareja. No obstante, se ha potenciado mucho el modo cooperativo online, precisamente para que haya más jugadores sobre la mesa. El motivo no es otro que la dificultad del mismo. Y es que ambas compañías tenían claro que no valía solo con disparar, había que plantear estrategias contra todo enemigo.

De hecho, aunque queramos jugar solos, la hermana que no elijamos vendrá con nosotros, controlada por IA. Obviamente, irá a la sombra de lo que hagamos nosotros, pero es una ayuda constante que se agradece. No obstante, siempre es más apetecible algo de iniciativa, por lo que recomendamos siempre jugar con alguien.

Así, Wolfenstein Youngblood se presenta con un inmenso abanico de enemigos de todos los niveles. Incluidos estos mechs que necesitan un buen puñado de disparos para morir.

En lo que respecta a las misiones, se han creado de la forma tradicional: tienes un objetivo y hasta que no lo alcances, no hay misión cumplida. Dicho lo cual, todo lo que conlleva terminar la misión es muy divertido. El único pero son las distancias que, en algunas ocasiones, hay que recorrer. Ir de una zona a otra conlleva demasiado tiempo y hay veces que dan ganas de dejar el juego.

Y es que en algunas misiones parece absurdo el cambio de escenario. Algo que se complica y se acentúa por la ausencia de zonas de control. Es decir, que si morimos nada más terminar un paseo de 10 minutos, tendremos que volver a dar el paseo. Y a comenzar la misión desde el inicio.

Vale que el objetivo de un juego es entretener al jugador y durar el mayor tiempo posible, pero es innecesario pasar 10 veces por una misma zona. Así, si vamos a lo práctico y nos pasamos el juego yendo rápido, evitando enemigos y batallas, y buscando solo los objetivos, terminaremos Wolfenstein Youngblood en poco más de 9 horas.

Si por el contrario, nos detenemos para superar el 100% del juego, podemos llevarlo hasta las 25 horas, tranquilamente. También dependerá todo de la dificultad, pues los niveles más complicados, resultan casi imposibles por momentos.

Lo cierto es que Wolfenstein Youngblood es un juego entretenido, con el que se pasarán las horas volando. Que se puede mejorar está claro, pero cumple con su cometido y alcanza un notable alto.

A la hora de comprarlo, tenemos dos opciones. Por un lado, la versión sencilla que nos costará 29,99 euros e incluye el juego completo. Si queremos invertir 10 euros más, tendremos acción a Wolfenstein Youngblood Deluxe, con acceso al Buddy Pass mediante el cual podrá jugar cualquier amigo de forma gratuita, sin necesidad de tener el juego. Si echas cuentas, sale a 20 euros por jugador.

Sea como sea, un juego de notable alto a la espera de la llegada de una tercera entrega que apunta a arrasar

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